Están en el escalón más bajo de la clasificación regulada de los vinos. No pertenecen a ninguna Denominación de Origen y tampoco tienen por qué especificar ni la añada, ni la procedencia, ni la variedad de uva empleada. Ojo, porque sean vinos de mesa no quiere decir que no tengan calidad, pues este concepto abarca un gran abanico de vinos.
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